Algunos poemas que aluden a la patria o a nuestra Centroamérica o a nuestra Latinoamérica será mi regalo de hoy para ustedes. Pude haber posteado más, pero con estos creo que es suficiente:
Clementina Suárez
(Juticalpa, 1906-1991)
Combate
Yo soy un poeta,
un ejército de poetas.
Y hoy quiero escribir un poema,
un poema silbatos
un poema fusiles.
Para pegarlos en las puertas,
en las celdas de las prisiones
en los muros de las escuelas.
Hoy quiero construir y destruir,
levantar en andamios la esperanza.
Despertar al niño,
arcángel de las espadas,
ser relámpago, trueno,
con estatura de héroe
para talar, arrasar,
las podridas raíces de mi pueblo.
ANTONIO JOSÉ RIVAS
(Comayagua, 1924-1995)
Mi patria
Mi patria es una rosa memorable
Sorprendida en el pecho.
Siempre que la pronuncio se descubre
Que le beso la frente,
Morazán la eterniza leve y alta,
Pero en el mar me pesa.
Mi patria es una niña que aún se busca
Detrás de los espejos;
Y en la baba de un pez desamorado
Se resbala su nombre.
No hay manera más honda de mirarla
Que pérdida en mis ojos:
Le digo su lento mundo de ceniza
Y paz deshabitada;
Un alto río irremediablemente
Le moja la tristeza;
La sangre se le quiebra en la cintura:
Mitad de la esperanza,
Y en su cuerpo una alondra sollozada
Aunque nadie lo diga.
Mi patria es una lágrima desnuda
Que se esconde en los ojos.
Se diría que todas las cascadas
Le han bebido la risa.
Yo ni siquiera puedo suspirarla
Porque me duele el aire.
La guardo con amor en estas letras:
¡Quiero vivir un poco!
Roberto Sosa
(Olanchito, 1930-2011)
Dibujo a pulso
A como dé lugar pudren al hombre en vida,
le dibujan a pulso
las amplias palideces de los asesinados
y lo encierran en el infinito.
Por eso
he decidido –dulcemente-
-mortalmente-
construir
con todas mis canciones
un puente interminable hacia la dignidad, para que pasen,
uno por uno,
los hombres humillados de la Tierra.
Oscar Acosta
(Tegucigalpa, 1933- 2014)
EL NOMBRE DE LA PATRIA
Mi patria es altísima.
No puedo escribir una letra sin oír
el viento que viene de su nombre.
Su forma irregular lo hace más bella
Porque dan deseo de formarla, de hacerla
como a un niño a quien se enseña a hablar,
a decir palabras tiernas y verdaderas,
a quien se le muestran los peligros de la mundo.
Mi patria es altísima.
Por eso digo que su nombre se descompone
en millones de cosas para recordármela.
Lo he oído en los caracoles incesantes.
Venían en los caballos y en los fuegos
que mis ojos han visto y han admirado.
Lo traían las muchachas hermosas en la voz
y en una guitarra.
Mi patria es altísima.
No puedo imaginármela bajo el mar
o escondiéndose bajo su propia sombra
por eso digo que más allá del hombre,
del amor que nos dan en cucharadas
de la presencia viva del carácter,
está ardiendo el nombre de la patria.
Nelson Merren
(La Ceiba, 1931-2007)
Pasando
Bajo altos edificios
en las aceras
en la algarabía de tomates y repollos
de los mercados
en los elevadores y tranvías
cruzando puentes
contestando a gritos
discutiendo a gritos
llorando a gritos
sintiendo en la garganta y en los sesos
el aguardiente de una cólera terrible,
leyendo diarios o revistas
en consultorios pintados de blanco,
por todos lados, a donde vaya
aquí, allá, siempre he tenido,
tengo en los ojos ante mí
ese color de cuernos negros,
tengo en la boca, siempre
ese sabor a exilio.
Livio Ramírez
(Olanchito, 1943)
ESCRITO SOBRE EL AMANECER
3
Buenas noches América.
Atlántico que me unes y me separas.
Buenas noches país descuartizado.
Patria vendida en el mercado negro.
Ciudad que trituraste mis sueños
y mis nervios.
Barrio desdibujado,
Patio de Nina Lincho,
casa donde nací.
Apartamentos, cuartos:
increíbles cavernas donde he vivido.
Sepulcro de mi padre.
Ferocísimo amor que me consumes.
Estoy solo, impotente
ante los estallidos
de mi propia memoria.
Es como si un animal salvaje
revoloteara en mi sangre.
Como si un clavicordio
Rodara en mis entrañas.
Rigoberto Paredes
(Santa Bárbara, 1948-2014)
LETRA PARA UN HIMNO
De algo que bien pudiera llegar a ser un país,
de un país que no puede ser, todavía,
estoy hablando.
Falta mucho, todo
lo que un país quiere tener:
un nombre, un nombre propio de país;
tierras, mares y cielos del país;
muertos, vivos por un país;
fama de buen vecino, a pesar del país;
belleza, poetas y animalitos
a salvo en su país.
Un país que no duela sin querer.
Un país que no duela.
Otro país.
Un país que no puede ser, todavía,
es mi país.
José Luis Quesada
(Olanchito, 1948)
Profecía
Nuestro tiempo es cruel
y difícil. Pero el amor lo sobrepasará.
Unos con otros nos ayudaremos. Unos con otros.
Los bosques y las nubes se mezclarán,
nosotros también, con frescura.
Nos hemos conocido porque era necesario.
No fuimos presentados por extraños
en un concierto o una gira:
la mismísima vida, la luz en unos ojos,
a veces el deseo, otras veces la lucha
es lo que ha unido nuestras manos
que ya no van a soltarse,
ya no van a fallar porque son muchas
y una sola mano querida.
Nos han acribillado. Nos han dejado medio muertos
sobre las cloacas. Nos han partido el corazón
a mano armada. La juventud no fue vivida
o se vivió tan mal, que daba lástima.
¿alguien ha escrito el libro o siquiera el poema
que soñó? ¿Quién tuvo tiempo para la ternura
y la imaginación? Alguien fue adivinado
en su mayor soledad
y conducido a lugar seguro?
Días asqueados
bajo el cielo baldío. Patios regados por aguas del Leteo.
Arrecifes. Cuartos más que pobres,
donde dormimos calentándonos con un corazón
bordado en la almohada.
Pero además, últimamente,
el afán de sobreponerse,
de avanzar a través de las espinas hasta el rosal erguido.
Dichosamente el mundo es explicable.
No nos derriba un trueno del Olimpo:
el plomo deletrea nuestros nombres.
Así, hemos comenzado a anotar ciertos hechos,
sus relaciones
y lo mucho que tienen que ver con nuestros accidentes.
Juan Ramón Saravia
(Santa Bárbara, 1951)
De cómo algunas curaciones resultan más onerosas
que la enfermedad misma
como un castigo a la idolatría de la riqueza
moisés echó al fuego el becerro de oro
lo pulverizó
lo disolvió en agua
y lo dio a beber a todo su pueblo
a partir de entonces
ningún profeta pudo explicar
por qué
cuando menos se esperaba
la gente caía en éxtasis
repitiendo
en un idioma hasta entonces desconocido
OH WALL STREET
OH WALL STREET
OH WALL STREET
León Leiva Gallardo
(Amapala,1962)
NOCIÓN DE PATRIA
te ensartaron en un asta
cuando sólo eras dos brazadas
de género pálido y azul…
las estrellas de burda confección
con los primeros forcejeos del alumbramiento
se fugaron hacia sus respectivos feudos
se hundieron los valles y se abismaron las montañas
—muchos creen que fue óbito
otros que mortinato—
pero la tela virgen de tu razón de ser
siempre ondea en mi alta noción de patria
nunca harapienta
sino acabada de nacer
sí —país— a veces pienso que vivimos
en mutua necesidad de edificarnos
cada logro cada fallo cada tropiezo tuyo
se remeda en mi endeble humanidad
sucede que a mí también
me imaginaron en un país
cuando sólo era apenas un deseo
puro instinto sin amor
así como a vos
que te ensartaron en un asta
cuando sólo eras dos brazadas
de género pálido y azul…
Jessica Sánchez( Jessica Isla)
(Lima, Perú, 1974)
Puntos cardinales
Tengo una seria imposibilidad de levantar mi vista
hacia el norte
Me abruma,
me entristece,
me aprisiona.
Descubro que no puedo con tanta muerte
Latiéndome aún entre las venas
No con tanta Centroamérica encima
No con tanta América Latina en las sienes
Para mí,
que desde pequeña he tenido problemas de lateralidad
Y por ende de ubicación,
el sol puede salir por cualquier lado
En cualquier dirección.
No es posible, me dicen…
Recurro entonces a la prístina memoria
Esa que no me falla
Y mis ojos se llenan de mar, de arena,
sal antigua y Caribe
Descubro que mi corazón
no puede saber el norte
porque tiene una
irredenta…
profunda
y
rabiosa miopía
que me aferra implacable
hacia el centro.