sábado, 14 de septiembre de 2013

"Segunda Mano" y "Lengua Adversa". Rigoberto Paredes


Méridem


Ahora soy, por fin, lo que no  he sido.
Al tiempo, augur del desdichado,
nada debo, nada de mí.
Lo que tengo, o tendré,
pertenece a la certeza del olvido,
o a ti , desconocida, incansable poesía.
Si escribí, si no escribo, si escribiré,
¿qué significa todo eso?
Ah, qué hermoso es este oficio del silencio.



Belleza


Quién eres tú, belleza,
incierta, impura belleza.
Qué  buscas dentro de mí, belleza.
O solo quieres que te nombre , belleza,
como a una recién nacida, belleza,
impostora de ti, de mí, belleza.
Digo, quiénes seremos tú y yo, belleza,
Cuando, de aquí a mañana, belleza,
no seas tú, poesía, mi única belleza.


Vuelta


Mañana volveré.
Mañana, dije, sin mirar tu rostro,
sin mirarnos de frente.
Pero viéndote, viéndonos
como antes nos mirábamos.
A ciegas llegaré,
como un Odiseo tejido y destejido
por el desamor, esa llaga
incurable de tu corazón.
Llegaré, falsa Penélope,
Circe de los amigos
que Edilberto vio convertidos en cerdos,
lestrigona de este viejo caballo de Troya.
Argos me espera.


Cansancio


Ya no quiero, no puedo
dar más de lo que tengo.
Mi corazón boquea como un pez
en el fondo de una nasa abandonada.
Así me veo ante mí mismo:
animal sudoroso, azorado,
viejo poeta, marchito en sus laureles.
De nada me valió
meter mis manos en todas las hogueras
en nombre del amor,
vieja causa perdida.
De nada, haber creído
en la palabra dada
por más que haya nacido de unos labios
dulcemente posados en los míos.
 El tiempo es cruel y juez severo,
Justa o injustamente cruel.
Conozco toda altura y toda bajeza,
sus vacilantes máscaras
que el tiempo, con el tiempo,
va poniendo en su lugar preciso.
Yo he visto rodar glorias,
cabezas bien o mal alzadas
en la plana pública
para honra y prez de fieles
o de incautos.
Yo he mirado la verdad, su temible fijeza,
su mano limpia, amenazante
contra quien no se rinda
a su reino impenetrable, ciego.
Y simples cosas,
extrañas, entrañables pertenencias
no mías, he visto,
y de esto y más daría fe
ante propios y extraños
como un viajero pródigo
que vuelve inesperadamente.
Reconozco, al pavesiano modo,
que es difícil vivere.
Y yo he vivido y he visto y he creído.
Y todo esto cansa, cansa, cansa.
Y yo, yo estoy cansado.


Poétique


Lo adjetivo, Huidobro, es lo que mata,
así como la rosa florecida en tu poema.
Y el poema no es llave;
Cerrojo, cerradura, sí,
de la única puerta que lleva a la poesía.
Crea, cree que creas,
poeta, ciudadano del olvido;
crea viejas palabras y pásalas por nuevas
al mando de tu báculo pontificial, bicéfalo.
Y alce su mano, ante ti, de dios pequeño
el que viniere de otro mundo
a decir lo mismo, ya sabido.
¿Pequeño Dios?, si acaso tú, Vicente,
Pese a tu pecado de originalidad.


De Segunda mano (2010)

 

ARS


Muerdo mi lengua para que más sangre
y la vuelvo a morder para que cante.
Mi lengua larga y doble, como todas
las lenguas enemigas, sotto voce.
Muerdo mi lengua y sangra y la maldigo
porque no es vino lo que de ella brota.
Puro veneno trago. Doloroso
tarugo que mastico y me atraganta.
Lengua adversa sin más: vilipendiada,
viperina y procaz y tabernaria.
Lengua de mí, como si nada, luenga.
Esta es mi obra, digo, parto de estos montes,
fatua palabra sobre palabra fatua
nacidas de mi lengua patética, poética, ¡y ars!

LENGUA FRANCA


Cuando te digo amore, cara mía,
es amor lo que digo, francamente;
y vos decime mon amour
cuando te bese allí,  au déla,
o como se diga en papiamento
o en una lengua muerta.
¿Cómo se dirá amor en una lengua muerta?
Love, not war,
me decía una veterana desalmada
cuando,  ipso facto, me pasaba por sus armas.
Amore, amoris,
te diría un ladino de Verona.
Y yo te digo amor, sin pelos en la lengua,
hagamos ese amor que más nos gusta.

HABERES DE VILLON


Todo lo que sé
me lo legó Francois Villon,
el villano de Angers,
hijo de Guillaume, peor que él,
y de madre desaparecida.
Francois, mâitre y poéte,
le dispensó a Regnier cuatro perros hambrientos
y al señor de Griny, media docena más,
y un pato a la Cholet, por casquivana.
Y a mí, sin que conste en relación alguna,
me mandó en pago por un puño de morrallas
eso que cubre entrepiernas  y pecheras
de Las Carmelitas.
A cambio, de mi parte,
acomodé a los pies de la virgen de los inocentes,
beso mediante,
su reputado florete
de salteador de alcobas y veredas.
Villon, villano amigo,
ya  le entregué a Louvieros
las cáscaras de huevo que dijiste.
Y más y muchas cáscaras
a tus damas de antaño, Thais y Eloísa;
y cáscaras, más cáscaras
a estas mías de hogaño:
pocas de ver, una
o ninguna.

LETRA PARA UN HIMNO



De algo que bien pudiera llegar a ser un país,
de un país que no puede ser, todavía,
estoy hablando.
Falta mucho, todo
lo que un país quiere tener:
un nombre, un nombre propio de país;
tierras, mares y cielos del país;
muertos, vivos por un país;
fama de buen vecino, a pesar del país;
belleza, poetas y animalitos
a salvo en su país.
Un país que no duela sin querer.
Un país que no duela.
Otro país.
Un país que no puede ser, todavía,
es mi país.

CATULINARIAS


2
No quiero, Lesbia, que me quieras
como otras me quisieron.
No sufras tanto, no vale la pena;
pues que duele ese amor,
como el tuyo,
 no correspondido.

9
Pobres cenizas
que una vez ardieron
por un hombre.
Pobres de las que todavía,
como Dido, me aman.

4
Me dijeron
que dijiste que me amabas.
No les creí.
No creo que tú hables
mal de mí
a mis espaldas.

5
Te vi, Lesbia, en las termas,
húmeda te vi, desatinada  y limpia.
¿Por qué no estás así
cuando llego a tu cama?

7
Hombre soy, Lesbia,
y tengo mis urgencias.
Razones, pues, me sobran
que tus platónicas ganas no conocen.
Contigo
o con las otras,
urgentemente
preciso ser fiel conmigo mismo.

10
Te llevaré a Palacio
para que te envidien
cortesanas y avenidos palaciegos.
Vaya, dirán,
qué hace esa entre nosotros.
Así murmurarán las cortesanas, Lesbia.
Esas,
amo y señor yo de todas ellas.

12
Cayo Valerio, me dijiste, te amo.
Y me quedé callado.
Cállate tú y calla tus mentiras,
cara Lesbia.
Yo no te amo, ni amaré a ninguna.
Amar es cosa poca,
dura menos que un bostezo en tu cama.

CONFESIÓN DE PARTE


Yo no voy a morir de amor.
Ya no.
Aquella vez que debí hacerlo, salí huyendo,
huyendo en pos del olvido, esa traición a sí mismo
que anida en el corazón de los enamorados.
Sólo una vez se puede morir de amor.
Morir, sin más, como los héroes:
no importa cuándo, ni cómo, ni dónde.
Simple y sencillamente morir
a manos de quien nos ha jurado amor eterno
y morir sin saber la verdad.
Morir a cambio de nada
o de algún recuerdo, esa falsa pasión,
honra y prez de los que amaron.
Yo no voy a morir de amor.
Yo, el más triste y odioso entre los cobardes.

MUJER DESNUDA


Anoche vi a una mujer desnuda.
Por vez primera
porque uno siempre ve por vez primera
a una mujer desnuda.
Una mujer desnuda
es siempre esa mujer desconocida.
La mujer desnuda que vi
no es la misma mujer
ni aquella noche es la misma noche.
Esta mujer desnuda nunca es igual
a la mujer desnuda
de aquella noche.
Tan sólo estaba así, como en silencio,
porque  su desnudez hablaba por sí sola.
Pero esa mujer gritaba auxilio, auxilio,
desesperadamente corría,
corría cada vez más cerca de mí,
y yo, desnudo, la veía como quien ve
por vez primera a una mujer desnuda.

LAPSUS


Repetiré en voz alta unas palabras.
Amor quise decir cuando escribí tu nombre.
Olvido dije cuando amor decía.
Tonta de ti y tonto quien dice estas palabras.
Darío te daría unas profanas prosas
 Neruda esa cursi canción desesperada.
Lo frío de la noche
recuerda que estás lejos.
El frío y este Claro de luna, de Beethoven.
Nada quiero sin ti;
Perdón, quise decir olvido, amor,
esas palabras.

Autocrítica



Obra & Gracia
me gusta más que Fuego Lento.
Materia Prima
la prefiero a mi media naranja,
Barricada.
Las cosas por su Nombre,
francamente diría: más o menos.
En el Lugar de los Hechos,
ay, ese dislate de alcoba bogotana
me tiene sin cuidado.
Y La Estación Perdida,
escrita fue tan a destiempo
que más parece una romanza
de Romagnesi, il sommo.
Segunda Mano, ¿libro de segunda
hecho pasar  como libro de primera?
Y ahora…Lengua Adversa
para dar de leer a adversos y conversos
y me dejen dormir, sécula seculórum,
 en mis laureles canos.


CUENTAS CLARAS


Un verso dejo,
sádico,
satírico,
y etílico
al enemigo y, si acaso, a la enemiga
de mi vida y obra.
A ver, ¿cuántos enemigos tengo?
Uno que otro  o ninguno;
por gracia de los dioses, ya perdí la cuenta
o por desgracia mía, no me doy ni cuenta.
Hay poetas que se pasan  la vida
ganándose enemigos
como en una lotería literaria.
Yo, por mi parte,
versos  dejo, muchos y  diversos
para que ajusten
y que den contento
a las adversas lenguas
y a esos tristes tahúres de la gloria ajena.

MARTES TRECE


Un día como hoy murió mi padre.
Este día, a mis siete de edad,
me enviaron a la escuela
en castigo porque bañé a Lingüística, mi gata..
Otro día como este cumplí quince años
y me robé una novia entrada en los catorce.
Recién cumplidos los dieciocho,
recibí tremenda carceleada
por apedrear la estatua del general Carías.
Un día como hoy rondaba yo los veinte
y publiqué mi libro, primero, de poemas,
que en brevísimo tiempo
pasto fue de la chanza y del olvido.
A mis cuarenta, ese día, ese día
me casé con la única muchacha de ver
en La Plazuela.
¡Ese día, qué día, no toqué madera!


De Lengua adversa (2012)

No hay comentarios:

Publicar un comentario